El Uso Problemático del Celular y su Relación con la Ansiedad: Una Mirada Psicoanalítica
- Mauricio Jiménez, Psicólogo
- 20 mar 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 feb

El uso del celular se ha convertido en un fenómeno omnipresente en la vida cotidiana, hasta el punto de generar patrones de comportamiento que evocan las adicciones clásicas. Según un estudio publicado en el Journal of Behavioral Addictions en 2018, aunque el uso excesivo del celular no cumple con todos los criterios para ser considerado una adicción en términos clínicos, sí es reconocido como un “uso problemático”. Desde una lectura psicoanalítica, esta compulsión nos invita a interrogar el lugar que ocupa el celular en la economía psíquica del sujeto.
El celular como objeto de goce y su función en la regulación del malestar
Sigmund Freud postuló que la pulsión siempre busca una satisfacción sustitutiva cuando el objeto primordial no está disponible. En este sentido, el celular puede convertirse en un objeto que responde a la falta estructural del sujeto, funcionando como un sustituto de la presencia del Otro y amortiguando la angustia del vacío. Jacques Lacan nos enseña que el goce se encuentra más allá del principio del placer y que puede fijarse en objetos que ofrecen una satisfacción inmediata, pero que, al mismo tiempo, intensifican el malestar al reforzar la repetición compulsiva.
Desde esta perspectiva, el uso excesivo del celular puede pensarse como una manifestación contemporánea del empuje pulsional al consumo, donde el sujeto queda atrapado en un circuito de satisfacción inmediata. Se trata de un intento de controlar lo incontrolable: la falta constitutiva. En lugar de confrontar la angustia, el sujeto encuentra en la hiperconectividad una forma de evitar el encuentro consigo mismo y con el deseo del Otro.
FoMO: La angustia frente a la ausencia del Otro
El Fear of Missing Out (FoMO) es una expresión de esta dinámica psíquica. La angustia de estar desconectado no es más que la manifestación de un miedo más primario: el de quedar fuera del deseo del Otro. En términos lacanianos, podríamos decir que el celular se convierte en un mediador simbólico que intenta cerrar la brecha entre el sujeto y el deseo del Otro, manteniendo la ilusión de estar siempre presente en la escena del mundo.
Este fenómeno nos recuerda a la estructura de la neurosis obsesiva, donde el sujeto intenta compensar su angustia a través de rituales que le brindan una sensación ilusoria de control. La constante verificación del celular no es otra cosa que un intento de asegurar la existencia del Otro, de comprobar que la red simbólica sigue sosteniendo su identidad. Sin embargo, esta búsqueda solo refuerza la falta y genera un círculo vicioso de insatisfacción.
Del síntoma al fantasma: ¿Qué lugar ocupa el celular en tu vida?
En la clínica psicoanalítica, es fundamental interrogar el valor que el sujeto otorga a su relación con la tecnología. ¿El celular es un objeto transicional que alivia la angustia, o se ha convertido en un partenaire-síntoma, una estructura que sostiene su relación con el goce?
No se trata de una simple cuestión de “uso excesivo”, sino de comprender qué deseo se juega en esta compulsión. ¿Qué angustia busca mitigar el sujeto con la hiperconectividad? ¿Qué falta intenta suturar con la constante actualización de notificaciones? ¿El silencio, la pausa, la ausencia, son experimentados como insoportables?
¿Y tú? ¿Utilizas tu celular como una defensa contra la ansiedad o como una forma de evitar el encuentro con tu propio deseo?
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Sobre mí
Soy Mauricio Jiménez, psicólogo con formación en psicoanálisis y amplia experiencia en terapia en línea. Acompaño a personas que buscan comprenderse mejor, superar bloqueos emocionales y mejorar sus relaciones personales.
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